El fraude más común entre las bandas mafiosas dedicadas a la estafa de las compañías aseguradoras ha sido el de los ‘rotonderos’. Se han estafado más de 830 millones de euros.
En España hay 400 ‘mafias’ que se dedican a amañar accidentes de tráfico para cobrar de manera fraudulenta el seguro. Cada una está compuesta por una decena de personas con sus propios cabecillas, ya que generalmente se trata de clanes familiares. Se dedican, además de a otras actividades ilícitas, al “fraude carrusel”, que consiste en estafar a distintas compañías. De cada 100 siniestros de los que se da parte, seis son falsos. Una realidad que supone más de 830 millones de euros. El perfil de esta clase de delincuente es el de un varón entre 18 y 24 años parado o con un trabajo muy precario.
En el último año han proliferado los ‘rotonderos’. Lo que hacen es meterse en el tráfico circular por el carril exterior cuando ya se ha observado que alguien está dentro y forzar la colisión. La preferencia en estos espacios es de quien va por fuera y en teoría hay que trazar la rotonda de ese modo, aunque cualquier conductor sabe que nadie procede de esa manera. Después, si se consigue fingir algún daño corporal, mejor. “Son más aficionados que antes y muchas veces tienen dificultades económicas en ese momento. El 70% de los casos se destapa gracias a los detectives de los seguros”, asegura el criminólogo Juan Antonio Carreras. La mayoría de las veces eligen a una víctima dubitativa, en muchas ocasiones de edad avanzada.
Las familias granadinas dedicadas a este asunto afectaron a más de 40 vehículos a lo largo de casi todo un año. Siempre se repetían los mismos implicados. Las indemnizaciones que cobraron sumaron más de 300.000 euros. Sus víctimas eran personas mayores o temerosas que iban despacio por la rotonda. Cuando veían la oportunidad aceleraban y conseguían un choque controlado del que el responsable era la víctima. El truco era evitar a los agentes locales y firmar un parte amistoso que, una vez elevado a la compañía, incluía daños físicos personales. Pero fueron precisamente esos agentes que trataban de evitar los que sospecharon de tanta regularidad. Además, los implicados, vecinos de Fuente Vaqueros, también tenían otros asuntos pendientes con la Justicia. La policía local de Granada ya ha avisado de que mantiene un dispositivo especial para controlar este tipo de actos.
Todos familiares
El mismo método siguió, este mismo año, otra banda en Vigo. Un total de 11 personas han acabado en el banquillo, todas ellas familia, con una petición fiscal de 23 años de cárcel. Cuando declararon en el juicio, varias de las acusadas sufrieron un repentino ataque de amnesia: “No recordamos nada”. En esa misma ciudad, otros siete acusados fueron condenados a penas leves por hacer el mismo truco. En este caso simulaban las lesiones hasta que obtenían el parte médico. En una de las ocasiones, percibieron una indemnización de 1.500 euros por supuestos daños en un brazo que nunca se habían producido. La mayor pena impuesta a este grupo fue al conductor, a quien se le impuso un castigo de dos años de prisión.
Pero los ‘rotonderos’ no son los únicos estafadores. También se han demostrado fraudes masivos en talleres o incluso simulando atropellos a peatones. Esta última trama se desarrolló en Sevilla y hubo al menos 20 siniestros con ese ‘modus operandi’. El estafador a veces hacía de conductor y otras de viandante arrollado.
El 20% de todas las personas encuestadas justificaron estos timos e incluso manifestaron que los pondrían en práctica
En el estudio que ha elaborado Línea Directa uno de los datos más llamativos y preocupantes es que el 20% de todas las personas encuestadas justificaron estos timos e incluso manifestaron que los pondrían en práctica si supieran que no les iban a sorprender. Las personas ligadas a estas bandas organizadas para estafar a los seguros suelen estar vinculadas a otro tipo de delitos y son peligrosas y violentas. No solo simulan los siniestros, sino que muchas veces los provocan, teniendo que contar con el riesgo de implicar a personas inocentes en los mismos.
Aunque ninguno de los jueces que han tratado estos temas ha calificado a las bandas de ‘organización criminal’, técnicamente se arriesgan a ser encuadrados en esa tipología, puesto que se trata de “más de dos personas que de manera coordinada se reparten diversas funciones con el fin de cometer delitos”.
Evidentemente las aseguradoras cuentan con medios para desenmasacarar a estas mafias, uno de ellos es la contratación de despachos de detectives que aportan las pruebas necesarias para que, en un posible juicio, se condenen este tipo de acciones. Detectives Cabanach colabora con varias aseguradoras que se encuentran con este tipo de fraudes de manera recurrente.