La concienciación por parte de las empresas por implantar mecanismos de control laboral ha pasado a ser una realidad, cuando hace más bien poco tiempo era una quimera.
No cabe duda que la nueva regulación del registro de jornada ha puesto sobre la mesa de los empresarios la obligación de establecer mecanismos de control del trabajo de sus empleados.
Concretamente tres cuartas partes del tejido empresarial a nivel nacional ya está implantando metodologías y protocolos de tecnologías de la información para controlar el uso que hacen sus empleados de equipos informáticos o de las redes sociales en tiempo de trabajo.
Otra de las medidas que destaca es la contratación por parte de las empresas de detectives privados. Las empresas parece que de momento solo para la justificación de los incumplimientos laborables más graves que pueden llegar al despido. Un 18,2% de las empresas confiesa haberlo contratado y, de ellas, una de cada diez reconoce que se ha sancionado al trabajador por incumplir sus obligaciones.