La única forma de poder recuperar una vivienda o de finalizar un contrato que no es favorable en ningún aspecto, es por medio de la justicia. Pero muchas veces la ley nos dicta, manifiesta y promete algo que no es tan fácil de conseguir. Los casos más críticos y difíciles requieren de evidencias y pruebas válidas para demostrar la realidad y apoyar la decisión judicial final. Para ello, se necesita la presencia de un detective privado.
El detective privado se ha convertido en la herramienta más eficaz para conseguir las pruebas necesarias para interponer las denuncias o demandas correspondientes ante una ocupación ilegal de vivienda y, así, poder ayudar a solucionar los problemas que causan los inquilinos a propietarios y comunidades de vecinos.
La duplicidad de domicilios, los subalquileres, los alquileres turísticos, la okupación del inmueble sin consentimiento, las cesiones y los traspasos no consentidos dejarán de ser un problema y podrán ser llevados a juicio con garantías para ganarlo. Todo gracias al trabajo de obtención de pruebas y del control de movimiento de los okupas por parte de los investigadores privados, que ayudarán a facilitar los desahucios y desalojos pertinentes.