Éste fue sorprendido en el jardín de su casa con tareas de albañilería y bricolaje, cargando herramientas, conduciendo su coche, y llevando bolsas con compras en ambas manos, a pesar de que su supuesta lesión era en un brazo.
Tanto el juzgado de instancia como el TSJ avalaron su despido procedente, rechazando la violación del derecho a la intimidad. El tribunal también advirtió que los detectives «no podrán investigar delitos perseguibles de oficio, ni utilizar medios que atenten contra el derecho al honor o a la intimidad personal.