En los últimos meses muchas personas se han visto arrastradas al teletrabajo para evitar la propagación del COVID-19. En ese momento muchas empresas han empezado a temer por la seguridad de los datos que los empleados manejan desde sus hogares, en ocasiones con sus propios dispositivos personales. El principal peligro es el acceso no autorizado de personas externas a la empresa a la información confidencial, lo que se denomina fuga de información.
Algunas empresas estaban ya preparadas para esta situación y contaban con protocolos de seguridad que dificultan el acceso a información confidencial o de alto valor para la empresa. Pero, lamentablemente, este no es el caso más extendido.
Las fugas de información normalmente se producen por un descuido humano, sin que haya mala intención por parte del empleado. Por ejemplo, una conexión a internet sin la seguridad necesaria podría hacer posible que un ciberdelincuente acceda a toda la información que está en nuestro ordenador. En estos casos el objetivo es acceder a los datos personales de nuestros clientes o proveedores. Una fuga de información de este tipo podría suponer una pérdida de confianza en la empresa por parte de los clientes e incluso tener graves sanciones legales y económicas.
Para evitar estas fugas de información a causa de errores humanos que no son de mala fe, hay que formar a los empleados sobre los riesgos del tratamiento de datos e implantar medidas técnicas y organizativas que garanticen la seguridad.
Pero hay otro tipo de fugas de información aún más preocupantes, éstas son las que están causadas por empleados que lo hacen de mala fe. Puede ser un trabajador descontento que se dedica a filtrar información a la competencia o incluso un extrabajador que en el momento de su despido se lleva con él información de alto valor. Los objetivos, en este caso, suelen estar asociados con la competencia empresarial, como podría ser la venta de información sobre nuevos proyectos.
Es en estos últimos casos cuando un detective privado puede ayudar a la empresa, ya que su investigación puede determinar quién es el responsable de las filtraciones y cómo se está realizando. Los peritos informáticos, como los de Detectives Cabanach, son capaces de rastrear los dispositivos de la empresa para detectar de dónde ha salido la filtración. De esa manera, la empresa podrá tomar medidas contra el responsable de esta acción ilícita. En caso de tener sospechas, no dude en contactar con los profesionales de Detectives Cabanach para que le ofrezcan una certeza sobre lo que está ocurriendo.