Un detective privado fue contratado por Coca-Cola en España entre los meses de abril y mayo de 2018 para seguir a un gestor de cuentas de la multinacional.
Con el informe elaborado por el detective contratado, que demostraba que el trabajador pasaba parte de su jornada laboral en una casa familiar, la empresa despidió al ejecutivo en junio del pasado año.
Además de otras pruebas gráficas como fotos o vídeos, el detective aportó una prueba que desmontaba el posible teletrabajo realizado por el empleado, y es que antes de ir a esa casa, solía pararse en un supermercado a comprar botellas de alcohol y refrescos que, sospechosamente, aparecían en el contenedor a la mañana siguiente, por lo que eran consumidos en la misma tarde-noche.
Al final, se estimaba que el empledo permanecís fuera de su puesto de trabajo durante el 60% de su jornada laboral.