Que hay muchos casos (cada vez más) de intrusismo profesional lo sabemos todos. Que desenmascararlos es relativamente fácil también, ahora, el conseguir las pruebas necesarias para que ese falso profesional deje de ejercer, eso es ya más complicado.
Para ello, en muchas ocasiones, lo mejor es ponerlo en manos de un despacho de detectives, que son los que pueden reunir pruebas para que, a la hora de un juicio, el juez tome medidas efectivas contra el intruso.
Eso es lo que hicieron en Ontinyent (Valencia), donde el Colegio de Podólogos recurrió a dos detectives para confirmar que el ahora condenado realizaba algo más que técnicas estéticas y reflexología podal, las especialidades que publicitaba y a las que, en un principio se dedicaba en un establecimiento con licencia de ortopedia.
No se anunciaba como podólogo ni en la clínica que tenía abierta en Ontinyent ni en su tarjeta de visita pero sí trataba dolencias propias de estos profesionales como uñas encarnadas, callos o clavos plantares además con instrumental considerado como producto sanitario sin tener la titulación ni estar, por supuesto, colegiado.
El falso podólogo fue condenado a doce meses de multa a razón de 6 euros diarios (2.160 euros) por ejercer la profesión sin estar titulado.
Si tienes sospechas o certezas de alguien que está ejerciendo tu profesión sin tener que hacerlo, ponte en contacto con Detectives Cabanach, y estudiaremos tu caso sin compromiso.