La posibilidad de contratar un Detective para controlar lo que hace su hijo o hija fuera de casa puede parecer exagerada. Pero la realidad es distinta. En ocasiones recibimos encargos de padres con dudas y sospechas sobre “no sabemos qué hace nuestro hij@” o el “ha cambiado mucho su actitud”. Las preocupaciones son enormes ya que las consecuencias que pueden acarrear estos problemas son muy diversas y siempre negativas para la familia y para los propios menores.
La investigación privada en estos casos trata de averiguar cuanto antes el problema en caso de haberlo y que los padres sepan realmente como solucionarlo. En muchas ocasiones el detective es el último recurso, aunque nuestra recomendación es que no sea así, puesto que a la menor sospecha siempre es mejor consultar con un profesional.
A menudo nos llegan referencias sobre drogas, malas compañías, malos hábitos, etc.. Ante esto, los padres pueden tener sospechas sobre sus hijos, sobre todo si han notado últimamente cambios en su actitud.
Una vez encargado el trabajo, la investigación se centrará en el seguimiento de del día a día del menor. Que hace, donde lo hace, con quien lo hace, horarios… Todas estas investigaciones se verán reflejadas en un informe e irán acompañadas de las pruebas necesarias con fotografías y video en caso necesario y siempre bajo la legalidad vigente.
El consejo es claro: Siempre que los padres noten alguna anormalidad o sospecha que “algo pasa” deben ponerse en contacto con un despacho de detectives. No olvidemos que el objetivo es claro: Proteger al menor y a la propia familia.